Everybody hurts somedays.

Está bien estar asustado de vez en cuando. Te mantiene preparado. Listo, por si ocurre algo que no esperabas, para superar algo que creías que iba a pasar. Pero no puedes estar asustado todo el tiempo, la vida no tendría interés si supieras lo que va a ocurrir a cada momento. No vivirías lo emocionante de llevarte un chasco y recordarte a ti misma que puedes superar eso y mucho más. No puedes encerrarte otra vez en una habitación. Ni fingir estar bien, escondiéndote, bien porque tienes miedo del futuro, o echas de menos el pasado. Nadie dijo que iba a ser tan difícil, cierto, pero tampoco nadie dijo que fuese fácil. No eres la única que pasa por cosas así, o que tiene miedo de que le ocurran cosas así. Y tampoco eres la única que se siente tan sola, aunque no lo creas. También está bien estar sola de vez en cuando, y no debes entristecerse si estás sola por razones externas. Ya encontrarás a alguien que quiera vivir la vida como tú. Como tú, y a tu lado. Da igual quién, no tiene por qué ser nadie en especial en un principio, pero llegará. Y cuando pase el tiempo sí que será especial para ti. Casi tanto como tú para él o para ella.
Llevas toda la vida escondiendo sonrisas, viéndote como si sólo fueses una persona más, quizás peor que otras, siempre con un pelo peor, un cuerpo peor, ese dichoso granito que sale en el momento más inoportuno, o ese par de kilos de la cena de ayer. Si lo piensas, es una tontería. Son años, meses, semanas, días, horas, minutos, e incluso segundos, que pierdes, en lugar de verte como realmente eres, y en lugar de recordarte a ti misma que puedes.
Hay veces que no podemos hacer nada. No podemos hacer nada. Sólo amarnos a nosotros mismos y a lo que hacemos. Así que, hoy, empieza por sonreír.